
El Gobierno busca despegarse del escándalo de ficha limpia y contraataca al macrismo
A una semana de las elecciones, la Casa Rosada sostiene que Pro montó una “operación” mediática con el objetivo de beneficiar a Silvia Lospennato
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El gobierno de Javier Milei aún no tiene una explicación por el sorpresivo fracaso de la votación en el Senado de ficha limpia, que impedía a los condenados por corrupción presentarse como candidatos en las elecciones. No obstante, el Presidente y los funcionarios de peso que habitan en el Gabinete construyeron en las últimas horas un discurso muy claro para defenderse de las acusaciones de Mauricio Macri, Pro, la UCR, la Coalición Cívica y peronistas aliados a la Casa Rosada, y despegarse del escándalo.
Cuando falta una semana para los comicios en la ciudad de Buenos Aires, que se convirtieron en un test crucial para La Libertad Avanza, el jefe del Estado y sus principales colaboradores cargaron sus tintas contra Macri: aseguran que Pro montó una “operación” mediática para dañar al Gobierno en medio de la campaña porteña y promover a Silvia Lospennato, cabeza de la lista de legisladores del partido amarillo. El propio Milei, quien aún no desmintió que haya llamado al exgobernador Carlos Rovira para pedirle que los senadores misioneros votaran en contra del proyecto, arremetió contra sus aliados de Pro: “No se dejen psicopatear con la mentira de ficha limpia, porque hace diecisiete años que están acá [en alusión al gobierno del macrismo en la Capital], y nunca la impulsaron”, exclamó el viernes último, durante un acto militante de LLA en el barrio de Belgrano.
Fue después de que Rovira, jefe político de Misiones, asegurara en una charla con integrantes de su espacio en la Legislatura provincial que el presidente le había solicitado que Sonia Rojas Decut y Carlos Arce, los senadores que cambiaron su voto en la sesión del miércoles, no acompañen el proyecto de ficha limpia, que hubiera impedido que Cristina Kirchner se presente como candidata en las próximas elecciones legislativas.
“¿Cómo va a ser verdad?”, replicó Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, cuando dirigentes aliados le preguntaron sobre los dichos de Rovira, en pleno almuerzo en el restaurante Domani, en Palermo. El “Jefe” estaba rodeada por un puñado de fieles: Martín Menem, Adorni, Pilar Ramírez, Federico Sturzenegger, Mariano Cuneo Libarona, Patricia Bullrich y Mario Lugones.

A lo largo de esa charla, los referentes libertarios intercambiaron visiones con respecto del eventual impacto del escándalo de ficha limpia en la elección porteña. La mayoría de ellos apuntó a Macri -los libertarios remarcan que Pro no pudo aprobar ficha limpia en la Legislatura porteña después de varios intentos- y relativizó el efecto de la fallida votación en el núcleo duro de seguidores de Milei. “No está claro cuánto puede pegar, a lo sumo nos sacará algún ‘voto duro, republicano’”, evaluó uno de los asistentes al mitin.
Quienes aconsejan a Karina Milei arguyen que sería insólito que el Presidente haya ejecutado una maniobra que era dañina para LLA. “El principal perjudicado es el Gobierno. La ficha limpia es un proyecto que impulsamos nosotros y estuvimos a un voto, con 39 diputados y 6 senadores. Pro no aprobó ficha limpia cuando gobernaba la ciudad, provincia y la Nación. Hay doble vara”, remarcan. En el círculo de confianza de “El Jefe” aseguran que el peronismo convenció a Rovira para que los dos senadores de Misiones cambiaran su voto.
En las últimas horas, la plana mayor de LLA y los ministros nacionales salieron en bloque a despegar a Milei de la maniobra en un intento de minimizar el eventual costo político de la fallida votación. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, negó que el Presidente haya hablado con Rovira, uno de los caciques provinciales que cooperan con la Casa Rosada en el Congreso. Dijo, por caso, que Milei ni siquiera tiene el número de teléfono del hombre que maneja el poder político en Misiones en las sombras.
A diferencia de Milei, quien planteó que el Ejecutivo sabía que no estaban asegurados los votos para sancionar la “ficha limpia”, Francos reveló que Ezequiel Atauche, titular de la bancada de LLA en el Senado, les había transmitido que la ley iba a salir.
Los habitantes más poderosos de la Casa Rosada procuraron instalar que Pro, a través de Macri y su socio local, Humberto Schiavoni, eran los autores de la presunta maniobra para vincular a Milei con el fracaso de la votación en el Senado. Por un lado, plantean que el macrismo pretendió capitalizar el traspié en el tramo final de la campaña porteña, donde Lospennato (Pro) compite con Manuel Adorni (LLA) en la disputa por los votantes del universo antikirchnerista. A su vez, creen que el macrismo intenta dañar el vínculo entre la Casa Rosada y Rovira para fortalecer el sello de Pro en Misiones.
En concreto, Milei tildó de “mentirosa” a Lospennato y avaló en la red social “X” una seguidilla de mensajes agraviantes sobre Macri, a quien supo llamar “presi” antes de que la tensión dominara el vínculo entre Pro y LLA. Adorni, Bullrich y Agustín Romo, jefe del bloque de Diputados en Buenos Aires, relativizaron los dichos de Rovira que complicaban a Milei y apuntaron contra Pro. Después de afiliarse al partido del oficialismo nacional, Bullrich lanzó dardos envenenados contra sus exsocios del macrismo. “¿Te comiste la curva, Lospennato, o es una operación contra el presidente Milei financiada por la pauta del Gobierno de la Ciudad?”, escribió en sus redes sociales. Ayer, Bullrich se mostró confiada respecto de las chances de LLA en los comicios del próximo domingo después de recorrer las calles de la ciudad: “Uno solo me preguntó sobre ficha limpia”, comentó a sus asistentes.

En Pro y la UCR dudan de la actitud de la Casa Rosada. Por caso, Macri insistió en que el responsable por el fracaso de la votación de ficha limpia fue el gobierno, ya que Milei se había comprometido a aprobar el proyecto.
“El nivel de agravios hacia Pro y hacia Silvia [Lospennato] es inaceptable. En todo caso, si los traicionaron los misioneros, los agravios tendrían que haber sido para Rovira y los misioneros, los insultos deberían haber sido para aquel lado”, enfatizó Macri en Radio Mitre, a la vez que deslizó que Milei tendría que haber planteado que nadie en nombre suyo llamó a Rovira.
El jefe de Pro volvió a sembrar dudas respecto de la posibilidad de que su partido confluya con LLA en la provincia de Buenos Aires o en las legislativas nacionales de octubre. Sin embargo, aclaró que espera que Milei reflexione después de las elecciones del próximo domingo en la Capital, base territorial del macrismo.
Otros aliados del Gobierno también sospechan que los colaboradores de confianza de Milei no tenían interés en que ficha limpia se aprobara. Están los que presumen que la Casa Rosada intentó dilatar el debate o plantear modificaciones en el proyecto para que regresara a Diputados. Y los que no dudan de un pacto o una jugada coordinada con Rovira para garantizarse que Cristina Kirchner no pueda victimizarse con una eventual proscripción. Intuyen que los estrategas del oficialismo temen una lectura negativa en los mercados del resultado de los comicios nacionales en octubre. “Si el PJ gana en la Capital, la idea de la proscripción podía abroquelar al peronismo en la provincia. El Gobierno no tiene red: se pelea con los gremios, la prensa y los aliados. Si Milei pierde en octubre, entra en un tobogán”, vaticina uno de los jerarcas del radicalismo.