Según especialistas, el Papa se enfrenta a una larga internación: ¿qué puede pasar después?

ROMA.- Jorge Bergoglio cumplirá el jueves el 12 aniversario de su elección como primer Pontífice latinoamericano -el 13 de marzo de 2013-, mientras enfrenta el desafío más difícil de sus 88 años de vida: una recuperación de una neumonía bilateral complicada -que se suma a otras patologías- que se vislumbra muy larga y no exenta de ulteriores recaídas.

El jueves próximo, Francisco por primera vez no estará en el Vaticano para un aniversario de su pontificado, sino encerrado en la inaccesible suite del décimo piso del policlínico Gemelli. Allí, al día siguiente, cumplirá su primer mes internado, en una hospitalización que marca un antes y un después en su modo de ejercer el papado. De hecho, ya comenzó a gobernar a la Iglesia católica desde ese cuarto de hospital, delegando en los cardenales las ceremonias más importantes -en las que, de todos modos, leen textos preparados por él-, en un modus operandi que probablemente continuará una vez dado de alta, ya que se espera una convalecencia larga.

Francisco fue internado el 14 de febrero pasado después de semanas arrastrando una bronquitis que él mismo admitió públicamente al explicar que no podía leer sus catequesis -le faltaba el aire-, y que, días más tarde, degeneró en una neumonía bilateral de pronóstico aun reservado. Se trata de un cuadro complejo que en estas últimas tres semanas tuvo altibajos. Se agravó con cuatro crisis respiratorias que dispararon todas las alarmas, pero que no volvieron a presentarse en los últimos días, de panorama más estable.

Según los partes médicos, el Papa de noche comenzó a utilizar ventilación mecánica no invasiva (la máscara conectada a un aparato que envía aire a los pulmones, un nivel superior de asistencia), mientras que de día utiliza cánulas nasales para poder respirar. Está haciendo fisioterapia respiratoria, ejercicios de fisioterapia motora y, además, está trabajando.

“La rehabilitación y la optimización del tratamiento de la situación respiratoria son críticos para una persona mayor con una enfermedad respiratoria, con lo cual es una muy buena señal que se esté haciendo un tratamiento kinésico intensivo”, dijo a LA NACION Alejandro Videla, jefe de Neumonología del Hospital Universitario Austral, desde Buenos Aires. “Si bien no disponemos de toda la información clínica y hay que basarse en los partes, la impresión es que, aunque todavía requiera cuidado hospitalario, el Papa ha superado varias instancias clínicas graves, varios episodios de broncoespasmo y una inhalación de contenido gástrico. Es una persona de 88 años con poca actividad física parte de una situación basal limitada y es lógico que los partes hablen de una situación compleja y que puede empeorar, que es por lo que se habla de pronóstico reservado”, añadió.

Videla pronosticó una internación larga en el Gemelli. “Es muy difícil de estimar cuánto tiempo más va a tener que quedarse y eso depende de cuánto del tratamiento de rehabilitación motora y respiratoria se puede organizar fuera del hospital. En general, se trata de que las personas añosas no pasen mucho tiempo internadas por el riesgo de infecciones nosocomiales”, afirmó. “Una aproximación sería un par de semanas más”, añadió.

El médico explicó que una vez dado de alta y dependiendo del “estado funcional” con el que egrese, ya de nuevo en su residencia de Santa Marta el Papa deberá bajar el ritmo. “Lo habitual es que se les recomiende a estas personas limitar su actividad y concentrarse en lo que les ayudará a recuperarse, en concreto la rehabilitación”, indicó.

Renata Ghelardi, médica de Milán que habló de acuerdo con la información salida en los medios y en base al pronóstico de los médicos aun reservado, definió el cuadro “muy inestable”. En diálogo con LA NACION, subrayó que es muy importante la fisioterapia respiratoria para que el Papa vuelva a tener una buena capacidad ventilatoria y consideró que, de evolucionar bien y desbloquearse la situación “de un modo u de otro”, al volver al Vaticano “seguramente deberá seguir utilizando una asistencia de oxígeno a través de vías nasales”. Coincidió con su colega en que las hospitalizaciones largas pueden ser problemáticas porque en los hospitales hay gérmenes antibiótico-resistentes, por lo que consideró muy importante que sus médicos puedan mantenerlo “lo más posible aislado”.

“Un milagro”

“Será un antes y un después para él si se recupera porque no va a poder tener el ritmo de trabajo y de viajes que tenía antes. Cualquier otro ser humano a los 88 años tiene otra velocidad; él, en cambio, hasta la internación mantuvo esa velocidad increíble, junto a una cabeza súper lúcida, que sigue teniendo, como pudimos ver a partir del audio que envió el jueves pasado”, opinó, por su parte, Hernán Quezada, sacerdote mexicano que es médico clínico generalista, y también jesuita, como el papa Francisco.

En diálogo con LA NACION desde Lima, Perú, donde vive, Quezada admitió que ese audio que el Vaticano difundió antes del rezo del rosario en la Plaza San Pedro, si bien para algunos fue impresionante porque dejó al desnudo la fragilidad del Papa -con voz entrecortada, débil, fatigada-, para él, en su condición de médico “fue como un milagro”.

“Ese audio me rompió absolutamente el análisis médico que había hecho”, admitió, al destacar que, desde la distancia, pero siguiendo la información que fue saliendo y las diversas recaídas -que incluyeron transfusiones de sangre, la aparición de una insuficiencia renal, broncoaspiraciones y la utilización de ventilación mecánica no invasiva para ayudar a los pulmones-, comenzó a temer un desenlace fatal. “Lo veía en bajada, pero ese audio para mí representó un milagro porque nadie se recupera con esa velocidad después de todo lo pasado los días anteriores: hablo de las dos broncoscopias que requirieron aspiración de flema. Eran datos duros, ese tipo de cosas lastiman la voz, para mí la cosa pintaba mal y apareció en ese audio y demostró gran lucidez”, destacó.

¿Qué prevé de cara al futuro? “Como médico, el Papa está fuera ‘del guion’ para un hombre de 88 años que tuvo una neumonía bilateral, anemia y todo lo demás. Se me cayeron los esquemas”, respondió. “Como médico jesuita, me llena de esperanza saberlo ‘fuera de guion’: después de escucharlo en el audio puedo pensar en volver a verlo como un pastor activo, veloz en su silla de ruedas”, añadió.

Videla fue más cauto: “Considerando que el cuadro inicial era grave y de mal pronóstico y que el Papa lo está superando, soy optimista. Pero hay que tener en cuenta que las personas mayores tienen una inmunidad deprimida y múltiples enfermedades concurrentes y tienen mucho riesgo de complicaciones, así que hay que ser prudente en estimar un pronóstico”.

Por Elisabetta Piqué

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