Aerolíneas: la medida que le costará a la compañía al menos US$100 millones
La empresa podía pagar sus gastos en el exterior con la cotización oficial y liquidar sus ventas al mercado electrónico; facturó millones en el exterior para beneficiarse con la diferencia
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Se terminó el cepo cambiario, desapareció la brecha entre el dólar oficial y el electrónico y en el tablero de control de Aerolíneas Argentinas se encendieron todas las luces rojas existentes. El motivo es simple: desde hace varios años, la línea aérea podía pagar sus compromisos en el exterior en dólares oficiales y, al mismo tiempo, liquidar sus ventas ocurridas en otros países con el precio del MEP, o dólar Bolsa.
Semejante beneficio generó ganancias extraordinarias durante varios períodos con los que disimuló sus pérdidas operativas. De hecho, según cálculos de LA NACION, tuvo ingresos extras a la operación por casi 20% de lo que facturó. ¿Todo eso es la bicicleta aeronáutica? Por ahora, no se sabe porque el balance no está terminado. Pero, según confirmaron en la empresa, esa ventaja de la compañía le generó ingresos extra por US$100 millones.
Ese número está lejos de lo que dicen los privados que miran las cifras de la empresa. Para ellos, cuanto menos, se triplica.
Ahora bien, más allá de cuál sea el número final, lo cierto es que la bicicleta con la que la empresa disimuló los subsidios fue la diferencia cambiaria, un privilegio que la dejó disfrutar de la brecha entre las dos cotizaciones, ya desapareció.
Solo para ponerlo en números: el año pasado pidió subsidios por alrededor de US$60 millones, mientras que, gracias a aquella llave, hizo una diferencia de al menos US$100 millones adicionales, de acuerdo con lo que dice la empresa. Vale la pena decirlo una vez más, según lo que surge de los consultores privados y de las cifras que publica el Ministerio de Economía, sería, al menos, tres veces más. Es decir, si no hubiese existido la norma que lo permitía, sancionada durante la gestión de Sergio Massa a como ministro de Economía, los subsidios hubiesen estado muy por encima.
Primero, una aclaración: la empresa siempre se valió no solo de los subsidios, sino también de la regulación, de la presión sobre los otros actores, de los espacios y de los perdones impositivos. Desde hace varios años, la compañía gozó de un privilegio con el que disimuló las pérdidas. Como se dijo, mediante una resolución del Banco Central, Aerolíneas Argentinas podía liquidar sus dólares de las ventas en el exterior al valor de la cotización del dólar bolsa.
De la Avenida Costanera “se escuchaban las carcajadas” de los ejecutivos que lograban brechas de hasta 200% mientras el campo, por ejemplo, recibía el valor oficial menos las retenciones. Para poner cifras: en octubre de 2023, en pleno plan platita y en el éxtasis de la brecha cambiaria, Aerolíneas recibía $1100 por cada dólar mientras que un productor agropecuario vendía su soja a $255, descontados los derechos de exportación.
Hasta la salida misma del cepo, la línea aérea liquidaba sus ventas en el exterior, que técnicamente son exportaciones, a $1380 y pagaba sus costos a alrededor de $1090. Si la comparación es con quien produce soja, pues el llamado dólar blend (80% al oficial y 20% al tipo de cambio electrónico), estaba en $1185. Si a eso se restaban las retenciones, el valor quedaba en alrededor de $876. Mucho más ganancias entrega la venta de pasajes afuera.
Semejante rentabilidad llevó a que la tentación de vender afuera sea incontenible. La posibilidad de ingresar los dólares a esta cotización generó que la empresa forzara al extremo su facturación de algunas filiales como la de Madrid y, sobre todo, la de Uruguay. La cuestión llegó al extremo que algunas empresas mayoristas de turismo le pidieran a la conducción de la línea aérea que no se abusara de esta herramienta, ya que ellos, operadores en la Argentina, terminaban por comprar gran parte de sus pasajes en el exterior, una ficción impositiva.
De hecho, muchos argentinos que viajaron el año pasado seguramente tuvieron emitidos sus pasajes en Uruguay o Madrid. El punto es que son muy pocos los que reclaman la factura, ya que el ticket electrónico sirve de suficiente recibo de pago. Es decir, como está desglosado el importe, se puede utilizar para liquidar viáticos o comprobar el importe pagado.
Los mayoristas, que necesitan comprobantes con todos los pasajes, a diferencia de los privados, que pocas veces reclaman la factura, se topaban con aquella cuestión de la emisión masiva en el exterior.
Ahora bien, ¿Cuánto dinero ingresó por esa bicicleta que se aprovechó de los dólares baratos del Banco Central y utilizó los suyos a un valor más alto? En la empresa, reconocen que al menos US$100 millones llegaron del “famoso puré” aéreo.
Pero hay algunos datos objetivos y oficiales que podrían desmentir esa cifra. Sucede que el Ministerio de Economía publicó los datos de las empresas públicas del año pasado. Aerolíneas tuvo ingresos de la operación por $2,4 billones y recibió subsidios por $58.732 millones (alrededor de US$58 millones). Ahora bien, lo que llama la atención es el robro “otros ingresos” que no son de la venta de servicios que ofrece la empresa. En ese renglón se anotaron $484.119 millones (cerca de $450 millones).
Para los consultores privados, cerca de 90% de ese monto es beneficio por la brecha cambiaria mientras que, por ahora y antes del balance, la empresa reconoce 100 millones, siempre de dólares.
Pero más allá de aquella discusión, lo cierto que esta ventaja que desapareció sirvió para colocar un calmante en el doloroso nivel de subsidios. Esa ventaja, que supo edulcorar las cuentas, se terminó a mediados de abril, un día antes de que la empresa anuncie el cierre de decenas de oficinas comerciales.
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